Batman y el cine clásico (I)
Muchos de los personajes de los cómics de Batman fueron inspirados por diversas películas y estrellas de la Era Dorada de Hollywood
Batman surgió gracias al cine. Esto seguro que hace enarcar las cejas a muchos de los aficionados más puristas del noveno arte, de aquí hasta la Conchinchina. Y no es para menos, muchos han pasado gran parte de su vida leyendo las aventuras del Caballero Oscuro en los cómics. Algunos heredaron la afición de sus padres; y ellos, a su vez, de los suyos. De sobra es sabido —aunque poco reconocido hoy en día— que el medio natural de este personaje es y ha sido siempre el cómic. Así que, ¿a qué viene eso de que Batman surgió gracias al cine?
A ti te interesa saber la verdad, por eso estás aquí. A continuación se expondrán los hechos tal y como ocurrieron. Se darán a conocer los lugares, los incidentes… basándose en testimonios reales de los autores involucrados en la creación de este mito. Después de leer este artículo, con todas las pruebas dispuestas en orden sobre la mesa, se despejarán todas las dudas sobre cuánto le debe Batman al cine. Al cine clásico.
Antes de nada, es preciso aclarar que, en efecto, el personaje fue creado en los cómics, y su primera aparición tuvo lugar en Detective Comics núm. 27 (mayo de 1939), pero ¿acaso el origen de Batman, tal y como se contó unos meses después —en el núm. 33 de la misma revista—, no ocurrió a causa de que la familia Wayne fuera asaltada por un criminal al salir de un cine? Así pues, diremos que el cine tuvo un papel más o menos fundamental en la creación del personaje. Los lectores asiduos a las historietas de este justiciero encapuchado saben que este dato, aunque meramente circunstancial en un primer momento, cobraría con el tiempo una gran relevancia en el desarrollo y evolución del mito.
En aquel primer intento de narrar el origen del héroe de Gotham City no se revelaban demasiados detalles al respecto, como, por ejemplo, qué película fueron a ver los Wayne aquella fatídica noche. Eso lo averiguaríamos más tarde —¡más de 40 años después!—. Fue Frank Miller (autor de 300 y Sin City) quien removió los cimientos gothamitas y reinventó al personaje con la celebrada miniserie El regreso del Caballero Oscuro (The Dark Knight Returns, 1986), y fue ahí donde se dio a conocer por primera vez que Bruce Wayne fue al cine con sus padres a ver El signo del Zorro (The Mark of Zorro, Rouben Mamoulian, 1940). La película, protagonizada por Tyrone Power en el papel del enmascarado espadachín, le produjo un severo impacto al pequeño Bruce, que evoca los recuerdos más tristes de aquella noche en que quedó huérfano cuando, ya en sus años de madurez, ve desde el salón de su casa una retransmisión del film por la televisión.
Apenas un año después, de nuevo Miller, aunque esta vez acompañado del artista David Mazzucchelli, volvería a mencionar la película en la miniserie de cuatro entregas Batman: año uno (Batman núms. 404-407, 1987), la quintaesencia del origen moderno de Batman en los cómics, durante una escena retrospectiva en la que presenciamos el más infame crimen de Park Row. De ahí en adelante, todos los guionistas de cómics tomarían este dato como canónico en sus respectivas historias —aunque algunos autores se decantaron por La marca del Zorro (The Mark of Zorro, Fred Niblo, 1920), la versión muda protagonizada por Douglas Fairbanks que, a su vez, se suele citar como una de las fuentes de inspiración en la concepción real del personaje—. Y, efectivamente, Bob Kane, cocreador de Batman, no se cansó de explicar en docenas de entrevistas que aquella película le dio la idea para desarrollar la dualidad existente en la personalidad de Bruce Wayne: millonario de día, justiciero de noche. En su autobiografía Batman & Me explicaba: «Mi segunda influencia para crear a Batman fue la película La marca del Zorro, protagonizada por Douglas Fairbanks, Sr. […] El uso de una máscara por parte del Zorro para ocultar su identidad como don Diego me dio la idea de dotar a Batman de una identidad secreta. […] El Zorro montaba un caballo negro llamado Tornado y entraba en una cueva y salía de un reloj de pie situado en el salón. La batcueva se inspiró en esta cueva del Zorro».
No hay más que unir la línea de puntos para darse cuenta de que la fascinación que siente el joven Bruce Wayne por el Zorro, sumado a la tragedia que supuso la pérdida de sus padres, le movió a convertirse en otro justiciero oculto tras una máscara, elevando su venganza personal a una cruzada contra cualquier criminal dispuesto a cometer un delito en su ciudad. De este modo, resulta curioso ver cómo una misma historia plantó una semilla en el creador —Bob Kane— y, a la vez, en su creación —Bruce Wayne—, que fructificó en una misma obra: Batman.
Bob Kane también afirmó haber tenido muy presente El murciélago susurra (The Bat Whispers, Roland West, 1930), un remake sonoro que el director hizo de su propia película El murciélago (The Bat, 1926), en la que un hombre enmascarado acecha a los protagonistas: «Recuerdo su silueta oscura en la pared cuando estaba a punto de matar a alguien. Lo atrapaban en el ático; llevaba un traje que se parecía un poco al de mi primer Batman, con una túnica negra y una cabeza en forma de murciélago. Esto le hacía parecer un murciélago, muy siniestro. La película no solo ayudó a inspirar el traje de Batman, sino también la batseñal, cuyo prototipo aparecía en la pared cuando el Murciélago anunciaba su próxima víctima [la máscara con forma de murciélago y la batseñal proyectada en la pared se ven en la versión muda de 1926]».
Otros títulos de terror dejaron su indeleble marca en Batman. El más famoso conde transilvano fue un gran referente para trasladar la atmósfera gótica y tenebrosa a sus primeras historias. Kane lo rememora: «Películas como Drácula (Dracula, Tod Browning, 1931), con Bela Lugosi —con la niebla arremolinándose alrededor de los páramos y el viejo y terrible castillo— me dejaron una impresión imborrable. El primer año de Batman estaba muy influenciado por las películas de terror, y emulaba el aspecto de Drácula».
Los rostros que inspiraron los personajes de Batman
En las siguientes líneas se recogen algunos ejemplos muy útiles para lograr entender la relación que, desde sus más remotos orígenes, Batman ha tenido y aún mantiene con el cine clásico. Esta relación no se limita al vasto terreno de la ficción, es decir, no solo la observamos enmarcada en cuadriculadas viñetas o proyectada en una pantalla de cine o televisión, sino que también se traslada al mundo real. El cine sirvió de inspiración a los principales creadores de los mitos más tempranos de Batman, a saber: Bob Kane, en sus labores de dibujante y contacto directo con la editorial; Bill Finger, encargado de escribir los guiones de las historietas; y Jerry Robinson, que apoyaba a Kane en los dibujos y las tintas. Durante finales de los años 30 y comienzos de los 40, todos ellos tomaron como modelo a diferentes estrellas del cine clásico —las estrellas del momento— para diseñar los rasgos de algunos de los personajes más icónicos de la mitología batmaniana.
Bruce Wayne (Batman)
A raíz de la extendida polémica producida en 1989 cuando se dio a conocer la noticia de que Michael Keaton encarnaría a Batman en el cine —se recibieron alrededor de 50 000 cartas con quejas—, Bob Kane dijo que él imaginaba a Bruce Wayne con el aspecto de un joven Cary Grant. El típico galán esbelto, guapo, y con un mentón pronunciado (nada que ver con la imagen que proyectaba Michael Keaton). Quiso que fuese un playboy con la clase de vida ociosa y promiscua que el propio Bob, de orígenes muy pobres, aspiraba a alcanzar. Si bien es cierto que, durante los primeros años, la técnica empleada en el dibujo y entintado era algo tosca, y que cuesta apreciar rasgos faciales tan precisos, sí podemos observar que las características planteadas por Kane quedaron perfectamente reflejadas grosso modo.
¿Es probable que hubiera algún retrato de Cary Grant colocado en una esquina del escritorio de Bob Kane (o en el de alguno de sus artistas no acreditados)? Hagamos un rápido experimento y tomemos como punto de referencia uno de los papeles de Cary Grant en aquellos años. Por ejemplo, fijémonos en Johnny Case, el personaje que Grant interpretó en la película Vivir para gozar (Holiday, George Cukor, 1938).
Cuando uno ve esta película no le caben dudas al respecto de que el actor, en apariencia, encaja como un guante en el canon de belleza ideado por Bob Kane para su personaje. Aquí podemos ver a Grant vestido de un modo elegante, con traje y sombrero, lleva el cabello peinado con esmero y fuma en pipa alegremente como si no tuviera la más mínima preocupación en su cabeza. Johnny Case es la configuración en carne y hueso de la imagen que proyectaría Bruce Wayne en los cómics apenas un año después. Por otro lado, observamos que Johnny Case es un hombre con las ideas muy claras sobre lo que quiere hacer con su vida, o mejor dicho, lo que no quiere hacer con ella. Y no le van mucho las fiestas de la alta sociedad, aprovechando cada oportunidad que se le ofrece para escaparse. Estos rasgos también son muy comunes en Bruce Wayne, que no duda a menudo en dejar plantada a su cita en bailes y fiestas cuando su deber como héroe lo requiere.
Pero hay más. Casualmente, Johnny está comprometido con una muchacha de clase alta llamada Julie. ¡Qué casualidad! Porque la primera novia de Bruce también era rica y se llamaba así (Julie Madison). Finalmente, Johnny rompe su compromiso con Julie y termina yéndose con su hermana Linda, interpretada por Katharine Hepburn. ¡Dios mío, no puede ser! ¡La segunda novia de Bruce se llamaba Linda Page y también era pelirroja! Pero aún no he acabado. Porque esta Linda, que se las promete muy felices con Johnny, también guarda un gran parecido físico con la novia de Bruce Wayne. Si echamos un vistazo a la primera aparición en cómic de Linda Page —en Batman núm. 5 (abril de 1941)— no se nos escapa el detalle de que comparte los mismos pómulos pronunciados, luce un idéntico corte de pelo y hasta lleva puesto el mismo sombrero que Katharine Hepburn en la escena donde conoce a Johnny Case.
A diferencia del común de los mortales, los personajes de cómic gozan del privilegio de no envejecer nunca (salvo excepciones y en circunstancias muy particulares). El secreto de su inmortalidad está en pasar de las manos de un dibujante a las de otro cada cierto tiempo. En realidad, Batman ha tenido «mil caras», una por cada dibujante que ha cargado con la pesada responsabilidad de plasmarlo sobre el papel.
Cuando el artista David Mazzucchelli se hizo cargo del proyecto Batman: año uno, cuyo objetivo era reformular el origen del personaje y adaptarlo a los gustos de la generación del momento, mantuvo la mirada puesta en el pasado, y otra estrella del Hollywood clásico volvió para prestarle su cara al hijo pródigo de Gotham. Para el aspecto rejuvenecido de Bruce Wayne tomó como referencia las facciones de un también joven Gregory Peck; así lo descubrimos en las notas publicadas en 2007, en una edición del cómic en gran formato lanzada con motivo de su vigésimo aniversario.
Selina Kyle (Catwoman)
Tanto Kane como Finger sabían que necesitaban crear un nuevo personaje femenino que aportara algo de tensión y atractivo sexual a las historias. Así llamarían la atención tanto de los lectores varones, debido a su sensualidad, como de las mujeres, que podrían identificarse con ella. Este personaje se daría a conocer primeramente como la ladrona The Cat, pero poco después se la reconocería mundialmente hasta nuestros días como Catwoman. Para captar la belleza y sensualidad requerida se sirvieron de dos de las actrices más atractivas de la década de 1930: Jean Harlow (fallecida en 1937, dos años antes de la primera aparición de Batman) y Hedy Lamarr. Así lo recuerda Bob Kane: «Jean Harlow tuvo una gran influencia en mí cuando era niño. Fue la primera rubia platino y uno de los sex symbols más extravagantes de los años 30. Ardía en la pantalla con su rostro sensual y su tórrida figura. La vi en su primer éxito, una película producida por el excéntrico multimillonario Howard Hughes, llamada Los ángeles del infierno (Hell's Angels, Howard Hughes, 1930). […]
»Harlow era una desconocida en ese momento, pero se convirtió en una estrella después de esta película. A esa edad tan impresionable, me pareció personificar la belleza femenina en su máxima expresión. Más tarde, cuando creamos a Catwoman, la tuve en mente, aunque ella era rubia y Catwoman era morena. La hice morena porque pensé que el pelo negro sería más provocativo y felino que el rubio».
Unos años después, durante una entrevista con Michael Singer, Kane aludiría a otra actriz —esta vez morena— que también tuvo presente a la hora de crear a Selina Kyle, alias Catwoman: «Yo admiraba a Hedy Lamarr —recuerda Kane, con sus ojos aún brillando después de tantos años—. Tenía una enorme belleza felina […]». Casualmente, la actriz Anne Hathaway reconoció también haberse fijado en Lamarr cuando se preparaba para interpretar a Selina Kyle en El Caballero Oscuro: La leyenda renace (The Dark Knight Rises, Christopher Nolan, 2012): «Sé que suena raro, pero su respiración es extraordinaria. Hace unas respiraciones largas, profundas y lánguidas, y exhala lentamente. Hay una toma de ella en [la película de 1933] Éxtasis exhalando un cigarrillo y yo hice probablemente cinco respiraciones durante esa única exhalación. Así que empecé a trabajar mucho en mi respiración».
Ya entrados en el siglo XXI, el artista Adam Hughes tuvo ocasión de reinterpretar la imagen de Selina Kyle con una serie de 40 ilustraciones, las cuales decoraron las portadas de la serie regular del personaje desde 2005 a 2010, basándose en las angelicales facciones de la actriz Audrey Hepburn. «Siempre se tarda en “encontrar un personaje”; hay que dibujarlos muchas veces para encontrar la forma en que te gusta retratarlos. En Catwoman núm. 46, encontré a mi Selina: la imposiblemente fabulosa Audrey Hepburn de alrededor de 1954. Siempre sentí que Selina debía tener ese aire cool de los años 50, con pantalones capri, música jazz y mucho estilo. La Sra. Hepburn lo tenía a raudales. […] A veces me sentía un poco culpable por tomar prestada su hermosa cara para inspirarme…», así lo detalla el dibujante en el libro Comic Cover Run: The DC Comics Art of Adam Hughes.
El Joker
A menudo se producen discusiones muy airadas cada vez que toca esclarecer los hechos respecto a quién fue el auténtico creador del Joker —si es que se tratase de una única persona—. Unos defienden la teoría que expone que Jerry Robinson fue quien tuvo la idea inicial, otros apuntan a que el mérito le corresponde enteramente a Bill Finger y algunos, los menos, se decantan por el controvertido Bob Kane. Sea quien fuere el responsable del origen del mayor y más peligroso villano al que se haya enfrentado Batman, todos —autores y aficionados— coinciden en que el Príncipe Payaso del Crimen posee un singular parecido con Gwynplaine, el personaje interpretado por el actor alemán Conrad Veidt en la película muda El hombre que ríe (The Man Who Laughs, Paul Leni, 1928).
«Fue Bill quien se dio cuenta por primera vez del sorprendente parecido entre el Joker y el actor Conrad Veidt en El hombre que ríe, del director alemán Paul Leni. Ni Bob ni yo habíamos visto ni oído hablar de la película. Bill veía a menudo películas de autor y de arte y ensayo en Nueva York, y pronto me introdujo en el mundo de las grandes películas extranjeras. Uno o dos días después, Bill trajo un recorte de una revista con Veidt en la película. El parecido era asombroso», explica Jerry Robinson en su libro Jerry and the Joker. Adventures and Comic Art, en el que dedica todo un capítulo a dar su propia versión de los hechos al respecto de la creación del personaje. Robinson mantuvo siempre que se inspiró en el diseño del bufón de un naipe, pero dado que existen múltiples versiones que no hacen si no difuminar más y más la auténtica verdad, nos quedaremos con lo indudable: efectivamente, el parecido entre ambos es asombroso.
Vicki Vale
En 1943, Bob Kane hizo un viaje a los estudios de Columbia Pictures en Hollywood para supervisar la filmación del serial Batman (The Batman, Lambert Hillyer, 1943), el proyecto que mostraría por primera vez en carne y hueso al personaje que creó junto con Bill Finger (Kane también intervendría en uno de los episodios con un pequeño papel como repartidor de periódicos). Al terminar el rodaje —que llevó pocas semanas— acudió a una fiesta de actores, y allí conoció a una chica que atraía las miradas de todos aquellos con quienes se cruzara a su paso. Años más tarde, en 1948, Bob regresó a Hollywood, esta vez debido a la filmación de un segundo serial titulado Batman y Robin (Batman and Robin, Spencer Gordon Bennet, 1949). En aquella ocasión se reencontró de casualidad con la chica que tanto le impresionó durante su primera estancia en Hollywood. Hacía calor, así que se fueron a la playa de Santa Mónica dando un paseo. La chica estuvo correteando por la playa y Bob se apresuró a sacar papel y lápiz para hacer unos bocetos. Se sintió inspirado. El nombre de la muchacha era Norma Jean, aunque todo el mundo la conocería como Marilyn Monroe.
Un mes más tarde, de regreso en Nueva York, Bob le enseñó los bocetos a su editor y pensaron que sería bueno buscarle un nuevo interés romántico a Bruce Wayne. Y así, tomando como modelo los bocetos realizados de quien se convertiría poco después en uno de los mayores iconos de Hollywood, surgió la fotoperiodista Vicki Vale.
Vicki Vale nació como respuesta directa a la intrépida reportera del Daily Planet, Lois Lane, de los cómics de Superman. El leit motiv de sus primeras historias era casi siempre encontrar respuesta a sus sospechas acerca de quién se escondía tras la máscara de Batman.
Su estilo y caracterización, sumado a su ambición profesional —abriéndose paso meritoriamente en un puesto, por lo general, asociado a los hombres—, se asemejaba a los clásicos personajes de reporteras sin escrúpulos que aparecían en las comedias de aquella época. Por ejemplo, Jean Arthur en El secreto de vivir (Mr. Deeds Goes to Town, Frank Capra, 1936), Barbara Stanwyck en Juan Nadie (Meet John Doe, Frank Capra, 1941) y, especialmente, Rosalind Russell en Luna nueva (His Girl Friday, Howard Hawks, 1940).
Harvey Dent (Dos Caras)
Dos Caras es uno de los villanos más queridos por los fans. Su personalidad dividida le emparenta en algunos aspectos con el propio Batman, lo que suma cierto atractivo. De nuevo, Bob Kane evoca los recuerdos cinéfilos de su infancia: «Dos Caras estaba inspirado en la historia clásica de Robert Louis Stevenson sobre los lados bueno y malo de la naturaleza humana, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Siendo niño vi la película de Fredric March; no había leído la novela cuando creé a Dos Caras. La escena de la película en la que el Dr. Jekyll se transforma en el monstruosamente malvado Mr. Hyde, después de beber una poción experimental, es inolvidable. A Bill y a mí se nos ocurrió la idea de que tirase una moneda para ver qué personalidad prevalecía». Este último detalle puede recordarnos al gánster Rinaldo, interpretado por George Raft en Scarface, el terror del hampa (Scarface, Howard Hawks, 1932), quien aparecía constantemente en pantalla lanzando una moneda al aire.
El debut de Dos Caras tuvo lugar en las páginas de Detective Comics núm. 66 (agosto de 1942) y, desde la primera splash page, ya se hacía alusión a la principal fuente: en esa página aparece Harvey leyendo un ejemplar de la novela de Stevenson. No obstante, en lo concerniente a versiones cinematográficas, es más plausible que, al menos para el aspecto físico del personaje, se hubieran fijado en el diseño de los carteles de la versión protagonizada por Spencer Tracy en 1941.
Basil Karlo (Clayface)
Es muy probable que a muchos de vosotros este villano no os resulte del todo familiar. Eso es porque no se trata de un personaje de primera línea, por así decirlo, sino más bien un criminal cuya participación en las aventuras del Hombre Murciélago ha sido como poco irregular, y no se ha visto recompensado con la suficiente acogida como para trasladarlo a un medio masivo como es el cine, al menos hasta la fecha.
Resulta de lo más paradójico, pues, que Basil Karlo sea precisamente —y con permiso de Film Freak— el villano de Batman más vinculado al mundo del cine.
«El fantasma de la ópera (The Phantom of the Opera, Rupert Julian, 1925) me llevó a crear otro más en nuestra galería de extravagantes villanos: Clayface. Clayface apareció por vez primera en Detective Comics núm. 40 (junio de 1940). Al final de la historia, Batman revelaba la verdadera identidad del villano: era un viejo actor de cine llamado Basil Karlo, una alusión, por supuesto, al famoso actor de películas de horror Boris Karloff. Karlo había entrado en la lista negra de Hollywood y ya no le daban papeles. Eso le volvía loco y, para detener un rodaje, empezaba a asesinar a los actores que estaban interpretando un remake de una de sus viejas películas. Karlo llevaba una capa y un sombrero al estilo del Fantasma, y un maquillaje que le daba un aspecto espantoso, como la cara del Fantasma que había sido destruida a causa de un incendio», detalla Bob Kane. Es interesante apuntar que, además de Karloff, el actor Basil Rathbone —quien también aparecía en El signo del Zorro, por cierto— prestó parte de su nombre al grotesco villano.
No ha llegado aún el momento del «The End». Aguardad en vuestras butacas porque hay tantas cosas que comentar todavía, y tan interesantes, que un solo artículo no basta para exponerlas todas. En la siguiente entrega de este especial se abordarán otra clase de referencias al cine clásico dentro de los cómics de Batman, muchas de ellas homenajes a las películas de Alfred Hitchcock; y también habrá espacio para comentar de qué modo algunas películas de este periodo clásico ejercieron su influencia en los dos films de Batman dirigidos por Tim Burton.
Continuará…⬥
Bibliografía
ENSAYOS
Kane, B., Andrae, T. (1989). Batman & Me. Estados Unidos: Eclipse Books.
Singer, M. (1992). Batman Returns: The Official Movie Book. Estados Unidos: Bantam Dell Pub Group.
Hughes, A. (2010). Comic Cover Run: The DC Comics Art of Adam Hughes. Estados Unidos: DC Comics.
Robinson, J. (2017). Jerry and the Joker. Adventures and Comic Art. Estados Unidos: Dark Horse Books.
CÓMICS
Miller, F., Mazzucchelli, D., Lewis, R., Klein, T. (2017). Batman: Year One - The Deluxe Edition. Estados Unidos: DC Comics.
Miller, F., Varley, L., Janson, K., Costanza, J. (2016). Batman: The Dark Knight Returns 30th Anniversary Edition. Estados Unidos: DC Comics.
SITIOS WEB
Boucher, G. (29/12/2011). “‘Dark Knight Rises’ star Anne Hathaway: ‘Gotham City is full of grace’” en Los Angeles Times.
Batman y el cine clásico (I)
Un artículo muy interesante! espero el segundo con muchas ganas. Un saludo!